Esos juicios desmedidos y faltos de verdad no son otra cosa que la materialización de incitaciones realizadas por un hombre, o grupo de hombres cobardes que no son capaces de dar la cara y solucionar las cosas de una manera bíblica y de acuerdo al mensaje de Jesucristo.
Por el contrario, insultan, agreden con su verborrea ponzoñosa y llegan al extremo pecaminoso de juzgar y condenar. No condenan una ideología, ni una enseñanza, ni una doctrina, sino que optan por el camino de los irreverentes, de los carnales que juzgan, reprueban y condenan a una persona como es nuestro Pastor Eduardo Durán Castro, por quien Jesucristo también dio su vida en el Monte Calvario.
Es fácil sentenciar y condenar en esta hora de tanta tiniebla espiritual. Creemos que se aplica la Palabra de Jesucristo cuando dijo que llegaría la hora en que incluso habría gente dispuesta a matar, pensando que está haciendo un servicio a Dios, y que eso lo harán porque no conocen ni al Padre, ni al Hijo.
Aquellos que juzgan, sentencian y condenan falsamente a mi Pastor, o a cualquier persona que ellos vean como un obstáculo para sus malignos propósitos, no hacen otra cosa que enlodar y dejar por el suelo el Evangelio de nuestro Salvador Jesucristo. No tan sólo escandalizan la iglesia con su maledicencia, sino que no han vacilado en difamar y calumniar, inventando, desarrollando y llevando a la práctica grabaciones en audio y video que enjuician y condenan a un Siervo de Dios como es nuestro Pastor Eduardo Duran Castro, en la esperanza de “matar su imagen”
Como fieles cristianos, no podemos menos que apoyar a nuestro Pastor Eduardo Durán Castro por su constante trayectoria en la iglesia, su incansable espíritu de servicio a favor de los creyentes y la claridad en la exposición y enseñanza de la Palabra de Dios.
Una serie de comentarios de la Escritura que desarrollaremos en este blog, le harán comprender a Ud. amado hermano y amigo que quienes incitan a rebelarse en contra de nuestra Catedral Evangélica de Chile, y su Pastor, no son otra cosa que agentes del enemigo que buscan sólo robar, matar y destruir.
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